Uno de los momentos más importantes de mi vida fue cuando decidí ser fotógrafo, son de esas decisiones que te marcan para toda la vida porque abandonas tu profesión por una ilusión, por un sueño. Después de veinte años sigo reinventando el sueño día a día.
Cuando revelaba en el laboratorio, siempre me sorprendía la magia que se producía cada vez que la imagen se formaba delante de mis ojos, … ahora me sigue sorprendiendo cómo una cámara, un objetivo y unos aparatos de iluminación, transforman un objeto, que tengo delante de mí, en algo nuevo, diferente ,…. Cómo con estos tres simples elementos soy capaz de modelar cualquier elemento, llenarlo de vida y concentrar toda esa labor de creación en un instante perpetuo, inalterable: sigo soñando.
Pero aun así, lo más gratificante de todo el proceso, es que con una mayor frecuencia, veo en el monitor del plató, mis sueños.